Glicerina: también presente de forma natural en la epidermis, desempeña un papel fisiológico de considerable importancia ya que estudios científicos recientes han demostrado que la glicerina es uno de los componentes más importantes del Factor de Hidratación Natural (NMF). Fuente de hidratación, este ingrediente cosmético reconstituye la barrera epidérmica.
Betaína: extraída de la remolacha azucarera es el secreto de esta planta para mantenerse turgente e hidratada, además, su capacidad para contrarrestar los procesos de envejecimiento la convierte en un importante aliado en la reparación y protección de la piel.
Extracto de Rosa Centifolia: apodada la "Rosa de los Pintores" porque aparece representada en numerosas obras, esta hermosa flor de pétalos de rosa es originaria de Holanda. Tiene propiedades calmantes, cicatrizantes y estimulantes de la renovación celular.
Agua de saúco: obtenida de las flores de saúco, ya era conocida en la Edad Media por sus propiedades descongestionantes y antisépticas, muy rica en vitaminas, da excelentes resultados en pieles especialmente delicadas, calma e hidrata.
Extracto de aloe: rica en mucopolisacáridos, vitaminas y minerales, esta planta originaria de África Central pero muy extendida en muchos países, es conocida desde hace milenios por sus innumerables beneficios. En cosmética es perfecto para tratar las pieles más delicadas y sensibles gracias a sus acciones calmantes y calmantes pero también es un potente hidratante, cicatrizante, regenerador, purificante y antienvejecimiento.
Extracto de Células Madre de Manzana: esta manzana de origen suizo tiene la capacidad de mantenerse fresca por más tiempo que otras, muy rica en vitaminas y minerales y tiene una gran resistencia al estrés oxidativo. Las propiedades de las células madre de la planta del manzano son excepcionales, de hecho consiguen proteger el colágeno y la elastina de la degradación y potenciar la autorreparación celular. Sus acciones en cosmética son muy importantes, es antioxidante, renovador epidérmico y antienvejecimiento, reactiva los procesos biológicos naturales ralentizados por el estrés, la oxidación, el smog, el estilo de vida poco saludable, el tabaquismo y el alcohol.
Ácido Láctico: normalmente producido por nuestro organismo, llega a la superficie epidérmica a través de las glándulas sudoríparas, el ácido láctico normalmente se utiliza en cosmética para darle a los productos un pH ácido. Observaciones recientes han puesto de relieve que el uso de ácido láctico en cosméticos puede dar lugar a una piel más hidratada.
Serina: derivada de la seda, esta sustancia es capaz de potenciar la renovación celular. Los péptidos como la serina son pequeños fragmentos de proteínas, utilizados en cosmética, aportan notables beneficios para el mantenimiento de la hidratación epidérmica, tienen acción eudérmica, suavizante y humectante.
Fosfolípidos: componentes de la membrana celular, estas moléculas tienen una constitución particular, de hecho logran mantener juntas sustancias tanto acuosas como lipídicas que normalmente no son asimilables. Muy ricos en ácidos grasos poliinsaturados, regeneran la barrera hidrolipídica con acción calmante, hidratante y antiinflamatoria.
Alantoína: sustancia extraída de la planta de Consuelda, es un ingrediente interesante por su capacidad hidratante y reepitelizante, además es astringente, cicatrizante y calmante.
